Soy una mujer feminista y apasionada del desarrollo personal. Conservo en mi la niña soñadora que siempre fui, que con el tiempo se convirtió en una mujer ambiciosa. Tener esta niña interna de la mano con la mujer que soy, me ha llevado a no conformarme en la vida y encontrar caminos para materializar mis sueños no solo profesionales sino también personales.

Sin embargo, en el camino de ir logrando lo que quería en la vida perdí el rumbo. En esa última «crisis existencial”, me di cuenta que no tenía sentido ir acumulando logros si el día a día lo vivía agotada y con una lista infinita de «tengo que…». Materialicé sueños que deseé por años pero aún me sentía vacía. No me di cuenta en qué momento solté a mi niña soñadora de la mano y me desconecté de mi misma.

Para sorpresa mía no estaba sola. Resulta que éramos muchas mujeres en una situación similar. Este fue mi motor para decidir que necesitaba hacer algo. Profundicé en los orígenes y llevé a la práctica toda esa teoría que había acumulado para desarrollar «El Mapa Corporal», una mezcla de ciencia y magia donde el cuerpo y el cerebro se toman de la mano para solucionar el problema de raíz.

A partir de ahí empecé a vivir desde otro prisma. Subí el volumen a mi sabiduría interna para acallar ese ruido externo que nos afecta a la mayoría de las mujeres, armonicé mi energía masculina que le daba dirección a mi vida y aprendí a entregarme a mi energía femenina; lo que me faltaba para seguir expandiéndome con más libertad, más confianza y más disfrute.

No considero ser mi mejor versión pero definitivamente soy mi versión más auténtica